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abril 19, 2024

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Ricardo Espinosa

Por

Ricardo Espinosa tiene 31 años y es Director de Plan Uno, un sistema que ofrece a sus clientes llegar a su meta nutricional. Con este plan, ayuda a sus clientes a bajar de peso/grasa y aumentar masa muscular con consultas nutricionales cada 15 días y entregas programadas de alimentos diarios. Espinosa es un hombre de objetivos y metas claras, así como tenaz y disciplinado, cualidades que lo han llevado a obtener lo que se propone. Estudió una maestría en el IPADE, pero él mismo confiesa que la escuela no le enseñó cómo llevar a cabo una empresa exitosa.

Esto fue lo que nos platicó sobre su proyecto.

¿De qué manera surgió el proyecto? ¿Se relaciona con tus gustos e intereses?

Siempre me ha gustado el ejercicio, el gimnasio y también he practicado deportes a lo largo de mi vida, por lo que te podría decir que sí se relaciona con lo que me gusta. Sin embargo, yo pesaba alrededor de 100 kilos. Como siempre me ha gustado aprender y leer sobre muchos temas, decidí investigar la parte de nutrición. Me topé con muchos estudios en donde mencionan que lo único que funciona para bajar de peso y aumentar masa muscular es una dieta alta en proteína, baja en índice glucémico. Probé este método y en menos de un año ya estaba en 85 kilos, bajando prácticamente la grasa. Y pensé: si yo puedo, cualquiera puede. Más allá del ejercicio, lo complicado para mí siempre fue la cocina. Entonces de ahí surgió la idea: un servicio práctico, en el que la gente reciba sus alimentos diariamente en su domicilio para que eviten el tráfico y quitarles una preocupación más en su vida; las personas tienden a estar ocupadas siempre y no tienen tiempo para cocinar. Con tantos índices de obesidad tenía mercado, pero también tenía un propósito, que era ayudar a los clientes a llevar una alimentación saludable. Mientras estaba en la maestría no sabía que yo iba a fundar una empresa, sin embargo, me apliqué y decidí fundarla. Básicamente así nació: vi las necesidades de la gente y hasta ahorita hemos tenido buenos resultados, con clientes satisfechos y aumentando cada día la calidad.

¿Cuáles fueron los primeros pasos para iniciarlo?

Los primeros pasos fueron muy torpes, duros y difíciles, primero me asocié con un chef y una nutrióloga, pero no funcionó.  Al final, me gustó más quedarme yo sólo con el negocio porque desde el inicio yo era quien tenía la visión e idea. Me di cuenta que yo puedo armar un equipo mucho más fuerte teniendo la oportunidad de entrevistar a las personas que quiero que formen parte de este proyecto.  En un inicio existieron muchos errores ya que no es negocio fácil operativamente: los clientes viven en muchos puntos distantes de la ciudad, hay que acomodar citas entre ellos y la nutrióloga, hay que cobrar, como la comida se entrega en refractarios estos se tienen que devolver, los horarios en los que se realizan las entregas también son complicados, entre otras cosas. Lo principal es establecer las reglas del juego para que desde el principio el cliente tenga la información correcta y completa y no existan malentendidos. A veces soy un poco repetitivo, pero prefiero que las cosas queden claras.  Durante el primer año, la logística, la operación y los cobros fueron complicados, me enfrenté a la realidad y realmente no estaba preparado para esto, pero fui aprendiendo de estas áreas de oportunidad.

¿Cómo funciona Plan Uno?

Tenemos página web y Facebook, y estamos por lanzar una app para Android e iOS, para que sea más fácil todavía para el cliente el podernos contactar y llevar más en orden sus pedidos. Además, realizamos inversión publicitaria en Facebook, en Instagram y en web, aunque a veces la gente se salta estos medios y me llama directamente. A veces quisiera delegar la parte que yo llamo “call center”, pero todavía no confío en que alguien proporcione la información como yo. Cuando un cliente se acerca, se le explica que es una dieta alta en proteína, el plan de comidas es diario y posteriormente tienen que regresar día con día las bolsas térmicas y los refractarios. Si a la persona le interesa también le enviamos a la nutrióloga para que tenga la primera consulta, se realiza el pago y dos días después ya tiene su primera entrega.  Por ejemplo, va desfasado un día: la comida del miércoles le llega a la gente desde el martes y así sucesivamente. Cada semana se realiza el cobro y los lunes se envía una encuesta, sólo dejamos en el menú lo que salga mejor rankeado, lo que no va para afuera y no se vuelve a preparar.

Tenemos más de 200 platillos que siempre han salido bien calificados en las encuestas. Queremos cambiarle ese chip a la gente de que comer sano es aburrido o que siempre comen lo mismo; con este plan pueden tener una variedad para tres meses o más, nutriendo así a su cuerpo con lo que realmente necesita.

¿Qué retos ha implicado este proyecto? ¿Qué riesgos has tenido para llevarlos a cabo?

He tenido muchos riesgos, desde legales a financieros, siendo estos últimos los principales. Respecto a esto, al inicio traté de solventar estos gastos con mis ahorros, préstamos de banco y las entradas del negocio pero no era suficiente. Aunque después de tres años y aprender de mis errores, el negocio actualmente es rentable. Desde legales, mayores riesgos fue el mental y obviamente el otro fue económico. Traté de solventar gastos con préstamos de banco, con mis ahorros, con las entradas del negocio, pero llegó un punto en el que ni eso era suficiente. Esto probó que mis papás confiaban en mí, a pesar de que tenían sus dudas en el negocio. El negocio ahorita está caminando pero el primer reto fue económico. No tienes la seguridad de un sueldo. El principal riesgo fue el financiero.

¿Quién representó el mayor apoyo o impulso para salir adelante?

Definitivamente mis papás, ya que aunque siempre tuvieron dudas del negocio porque al principio eran puras pérdidas, me siguieron apoyando y por ellos es que sigo aquí. También mi novia, aunque ella más en la parte emocional.

¿Cuál fue el hecho específico que demostró que podía tratarse de un proyecto exitoso?

El hecho específico fue para mí el tamaño del mercado, ya que existe una problemática de obesidad en México. Los niños mexicanos ya son iguales o más obesos que los de Estados Unidos, por este motivo el mercado es enorme. El comer bien es importante: la comida mexicana es muy rica, pero muchas veces se prepara de una manera que no te ayuda al cuerpo. La puedes hacer deliciosa sin que te traiga consecuencias severas como diabetes, aumento de grasa o problemas cardiovasculares.

En enero de 2017 realicé una inversión bastante fuerte en Facebook y tuve buenos resultados. Me percaté que a la gente sí le interesa y sí hay mercado, y que también puede pagar por este servicio; hay platillos desde 64 pesos. En lo personal, yo prefiero tener más volumen, mi tirada no es ganarle mucho a un cliente, sino tener muchos clientes que puedan pagar y que con esas entradas de dinero se vaya pagando la operación.

¿Cómo te sientes tú al ver que tu propuesta tenía éxito y qué podía ser un proyecto duradero? 

No sé cómo describirlo, pero sería entre alivio y felicidad. La felicidad la tenía desde que empecé pero fue como decir: esto es sí algo real y vamos por un buen camino, ajustando los errores que hemos tenido en los últimos años para que ahorita ya no sucedan. Siempre he pensado que se puede mejorar más y en lo personal creo en la mejora continua. Ahorita me siento con un alivio espiritual y mental, existieron momentos obscuros pero gracias a mi necedad, aquí seguimos.

¿En qué estatus se encuentra actualmente tu proyecto?

De acuerdo a mis expectativas, y siendo financiero, yo tengo un plan a cinco años. En este momento vamos en el camino correcto, para este año consolidaré el centro de distribución en Monterrey, para el próximo año buscaré expandirme a otra ciudad, aún no sé si será Ciudad de México o Guadalajara. Ciudad de México es un mercado potencial enorme pero hay muchos temas de seguridad y logísticamente es una pesadilla, por eso todavía le estoy sacando la vuelta, pero eventualmente lo llevaré para allá. Por esto, yo preferiría primero expandirme a Guadalajara. También tengo otro proyecto que quisiera abrir en Tulum, no con el mismo concepto, sino con un restaurante para que el público coma sólo una vez al día saludable y estos platillos se mezclen con algunos que son más comunes y menos nutricionales.

Este es mi tercer año y te puedo decir que ya somos rentables a pesar de los primeros dos años de pérdidas, en los que tuve que invertir en camionetas nuevas, refrigeración de alimentos, sueldos, entre otros gastos.  Para el cuarto año debe darse la primera expansión, queremos estar en otra ciudad siempre mejorando procesos, equipos y la calidad de todo, soy muy insistente en eso.

¿Cuál es la meta máxima que aspiras alcanzar con este proyecto?

Quiero consolidar este proyecto para estar presentes a nivel nacional y generar más empleos. También me gustaría poder colaborar con asociaciones para educar a los niños y al público en general respecto al tema nutricional, y en un futuro, cuando estemos consolidados, ofrecerles comidas a personas que no pueden pagar el servicio.

CONTACTO:

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