“Lorena estudió diseño de modas en Milán, Fashion Marketing en Chicago y una maestría en Calzado en Barcelona. Después de trabajar diseñando calzado para una marca europea, me marcó por teléfono para compartirme su sueño de crear una marca de zapatos y accesorios que hiciera felices a mujeres en todo el mundo. Ella tenía el talento y la pasión, pero sabía que necesitaría de planeación, administración, y finanzas para convertir su sueño en realidad. Ahí es donde yo entré en la ecuación” dice un orgulloso y feliz hermano de haber tomado esa llamada.
Todo negocio empieza por un sueño pero para asegurar el éxito de una gran idea, se necesita de planeación, administración y finanzas; es ahí cuando Eduardo Vázquez entra en la aventura a la que su hermana Lorena lo invita y juntos inician Loly in the Sky. El negocio lo lanzan en 2013 pero el proceso para llegar al éxito tuvo sus altas y bajas, la unión entre estos hermanos fue la clave del éxito y en esta entrevista es Eduardo el encargado de contarnos la historia de cómo lograron enamorar a las amantes de los animales para posicionarse en el mercado de zapatos. Eduardo, licenciado en Economía por el Tecnológico de Monterrey y con una maestría en Prospectiva Estratégica en la EGAP, nos explica cómo fue esta aventura y cuál fue el papel que jugaron cada uno de los hermanos para unir sus pasiones, Lorena el diseño y él los números, en un negocio exitoso.
Loly in the Sky es actualmente una marca bien posicionada y reconocida gracias a la filosofía que los hermanos fijaron, desde el momento en que comenzaron este sueño, para ellos y todo aquel que se fuera sumando: “Más que una marca somos una comunidad de personas que creemos en el poder de la mujer, la magia de la imaginación y amor a los animales.Ponemos mucha atención en la combinación de diseño, calidad y precio justo”. Y aunque tenían bien claro cuál era el sueño, conseguir desarrollarlo fue más complicado, pues aunque su lanzamiento oficial fue en marzo de 2013 llegar a ese momento les tomó dos años de trabajo.
Era 2011 cuando Eduardo, que dirigía el departamento de Inteligencia Económica de Harbor Intelligence, donde apoyaba a las empresas con inteligencia económica para su operación, presupuestación anual y planeación de mediano plazo cuando recibe la llamada de su hermana.
Aunque ya contaban con varios diseños de Lorena los cuales, nos cuenta Eduardo, lleva a cabo en una libreta que carga a todos lados para estar lista cuando la inspiración la sorprenda, no tenían una garantía de éxito ni clientes, y tras varios intentos fallidos de encontrar quién maquilara su primera colección, el destino los cruzó con una familia en León, Guanajuato. Esta familia operaba una pequeña fábrica de zapatos y al conocer la estrategia que habían planeado y ver los diseños de los zapatos sin dudarlo creyeron en el proyecto y, junto a los hermanos Vázquez, se aventaron al ruedo. El apoyo de familiares y amigos también fue fundamental, acudieron a una pop up store y compraron parte de su primera producción, lo cual les dio el financiamiento para asistir a ferias de calzado en Las Vegas y Guadalajara, estos viajes les dieron sus primeros clientes, con ellos y una tienda en línea lanzan Loly in the Sky en marzo del 2013.
“Siempre supusimos que sería complicado; pero nunca que costaría tanto esfuerzo. Loly no existiría sin la confianza y apoyo incondicional de familiares y amigos que en distintos momentos nos han apoyado moral y económicamente. Siempre hemos buscado consejo y gracias a Dios hemos tenido grandes mentores que nos brindan su tiempo y consejos para acortar nuestra curva de aprendizaje; sin duda esto ha hecho una gran diferencia. Pero lo más importante ha sido el apoyo incondicional de las Lolygirls que están construyendo esta comunidad que le da vida a Loly in the Sky”.
Los retos a los que se han enfrentado han valido toda la pena cuando ven el resultado y la comunidad de personas enamoradas de lo que hacen. Como todos aquellos que comienzan algo nuevo tuvieron sus problemas, “El emprendimiento es como una montaña rusa, apenas vas agarrando vuelo y vienen las subidas y bajadas; cuando piensas que ya pasó lo más complicado vuelve a empezar el ciclo de vueltas” recuerda Eduardo; sin embargo, aunque creyeron en un principio que solo venderían en línea muy pronto se sorprendieron entrando en cadenas departamentales, abriendo tiendas propias y exportando a varios países.
Fue en ese momento que tuvieron que apresurarse para abarcar más áreas como atención en la calidad, producción, logística, mercadotecnia, contabilidad, entre muchas otras. Su crecimiento se dio de forma tan natural y rápida que, como emprendedores, tuvieron que ocuparse de todas para sobrevivir, pero poco a poco construyeron un equipo que se incorporara a su filosofía y compromiso con las Lolygirls tanto de México como de lugares como Asia, Medio Oriente, Guatemala y pueden presumir de ser la única marca mexicana de venta en Macys y de haber podido expandir su oferta de productos a más líneas de calzado, bolsas de mano, accesorios, perfumes y personajes animados.
Después de cuatro años de operación, Loly está en una etapa de profesionalización. Los hermanos están en busca de un socio estratégico que los apoye en la institucionalización de la empresa con miras a continuar creciendo de manera ordenada en los diferentes canales y líneas de producto. Pero mientras esto pasa, están invirtiendo en talento y tecnología para mejorar los procesos de la empresa al tiempo que siguen trabajando para innovar en cada diseño, producto y experiencia que ofrecen.
Aunque han avanzado mucho, Vázquez sabe que tienen que seguir aprendiendo y mejorando; preguntándole qué sigue por hacer, qué meta por cumplir les falta, Eduardo Vázquez contesta seguro y decidido: “Nuestra meta es crear experiencias y diseños que hagan sentir especiales y felices a mujeres en todo el mundo y hacer una diferencia positiva en nuestro entorno. Ser cada día mejores… el cielo es el límite”.
