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marzo 29, 2024

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SEGURIDAD PÚBLICA

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El pasado 10 de mayo el Gobierno Federal dio lo que sería su muy anticipado primer “corte” en materia de seguridad en el país. El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, reportó un descenso de 18% en las cifras de homicidio en comparación con el trimestre anterior (último de Calderón). Aunque en principio estos resultados pintan para un futuro promisorio, es preciso analizar la situación actual para dimensionar los avances logrados y los retos por venir en la conquista de la paz: medición de resultados, estrategia, percepción y discurso.
Medición de resultados
   Sonaría obvio decir que los resultados son importantes, sin embargo, asumiendo que como Gobierno logras buenos resultados, ¿qué pasa si nadie te los cree? Es fundamental que la actual administración consolide un sistema de reporteo confiable y reconocido, y así suprima el debate de las cifras que se dio el sexenio pasado. Es necesario desarrollar e implementar un método y protocolo de reporteo de datos que no sean contradictorios. En verdad, más que consolidar “números”, es un esfuerzo de consolidar instituciones. No solo hay que obtener resultados, sino generar la confianza en ellos.
Estrategia
   El Gobierno Federal plantea, desde la campaña presidencial, que la mejor solución para mitigar la criminalidad es atacando su causa, llámese combatir la pobreza y promover el desarrollo social, lo cual se ve reflejado en la conformación de la Subsecretaria de Prevención y Participación Ciudadana dentro de la Secretaría de Gobernación, dependencia que quedó a cargo de Roberto Campa, quien fue Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en el mandato calderonista, y tiene como objetivo implementar políticas públicas enfocadas a la prevención de la criminalidad.
Sin embargo, hablar únicamente de prevención sería como afirmar que la mejor manera de salvar a un ahogado sería drenando la alberca. También existe una estrategia cinética que aunque menos divulgada, comienza a tomar forma. Su punto medular de combate al crimen es dejarlo en manos de agentes de seguridad pública (fuerzas policiacas) y no de seguridad nacional (militares), como lo hiciera Felipe Calderón. Hasta hoy el aspecto más notorio de esta estrategia es la conformación de la Gendarmería Nacional, una policía integrada por ex militares, bajo mando civil (Segob), encargada de intervenir en municipios con policías locales deficientes. También es de mencionarse la reestructuración de la Procuraduría General de la República (PGR) por zonas geográficas para facilitar la coordinación de distintos niveles de Gobierno.

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