Hábitos de la gente altamente efectiva

No tenemos la guía exacta para decirte cómo alcanzar el éxito pero si hemos encontrado algunos patrones que grandes líderes de la historia han aplicado en sus vidas diarias para llegar a la cima. Algo es seguro: el camino nunca es fácil, requiere de muchos esfuerzos y determinación; así que no esperes que te entreguemos una fórmula mágica para convertirte en millonario o en un líder nato. Lo que sí haremos es darte algunas herramientas con las que puedes trabajar para convertirte en la mejor versión de ti tanto en tu vida profesional como personal.

Desarrollar este primer hábito permite que logremos alcanzar el resto de manera más fácil. No hay que entender que ser proactivo es tener iniciativa, sí juega un papel importante pero no lo es todo, nos referimos a que cada uno de nosotros somos responsables de nuestras propias vidas en el sentido que imaginemos, así que hay que buscar tener la vida que deseemos.  Nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones.

   Si tenemos un equipo de trabajo a nuestro cargo, hay que predicar con el ejemplo, buscar siempre convertirnos en la solución y no en el problema, aprender a escuchar, saber generar las preguntas adecuadas y más aún responder con la responsabilidad necesaria.

Recientes estudios afirman que las personas perdemos la atención en lo que estamos haciendo cada 90min para dar paso a un sinfín de distracciones como redes sociales, aparatos electrónicos, los ruidos, las conversaciones en chat o los correos.

  Las personas altamente efectivas se caracterizan por ser disciplinadas y con metas bien fijas, por lo que buscan aumentar su nivel de atención y definir períodos preestablecidos de descanso para despejar la mente y regresar al trabajo que se está realizando.

Las personas exitosas y creativas leen constantemente, esto además de ayudarles a mejorar la forma en la que se expresan y su gramática, les permite encontrar muchísimas enseñanzas para poder aplicar en su vida laboral y personal. Leer también contribuye a incrementar la comprensión, imaginación, capacidad sintética e incluso desarrollar habilidades de negociación.

Alguien alguna vez dijo que del fracaso se aprendía más que del éxito y tenía razón, pues hay que entender que el fracaso es parte esencial de la vida y superar estos retos nos permitirá perfeccionar la forma en la que desarrollamos nuestros planes de acción, trabajar con paciencia y aprender que el trabajo duro tarda más en rendir frutos pero estos son más duraderos.

No busques involucrarte en todos los asuntos que se te presenten; es importante que entiendas que, al igual que en las ventas, el 20%  de tus acciones te producirán el 80% de tus resultados. Por ello es clave que establezcas prioridades y trabajes en las cosas que te generan más dinero o mayores oportunidades para el futuro.

Mantenerte en buen estado físico y mental hará que tu productividad aumente considerablemente, recuerda que los seres humanos no somos máquinas y necesitamos encontrar formas para despejarnos y liberar el estrés, de ahí la importancia de llevar una buena alimentación, mantenerse bien hidratado y ejercitarse al menos 30 minutos al día. ¡Haz la prueba y notarás los cambios rápidamente!

Ser realista siempre es algo importante para poder alcanzar nuestras metas, es importante siempre fijarnos metas en el corto, mediano y largo plazo siendo conscientes de nuestro nivel de compromiso y lo efectivos que podemos llegar a ser buscando ser exigentes pero sin pedirnos cosas imposibles.

Este hábito viene de la mano de la confianza que debemos tener en el resto de las personas, no podemos hacer todo nosotros mismos, hay que aprender a identificar las habilidades y destrezas en el resto de las personas para así poder delegar y tener resultados exitosos. Rodéate siempre de gente talentosa y si es posible más inteligente que tú, encontrarás que hay personas que pueden hacer las cosas incluso mejor que tú y así te enfocarás en tu actividad central.

También es importante aprender a decir sí a las cosas importantes y no a aquellas que no son prioridad o nuestra responsabilidad.