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marzo 19, 2024

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¿Estás inhibiendo el potencial de tu empresa?

Por

Por David García

Fundador de Digitt

 www.digitt.com

 @digitt_mx

Hace unos días acordé tener una llamada con el director de una institución financiera importante de nuestro país. Para coordinar los detalles me puso en contacto con su asistente, a quien le solicité que la llamada fuera a través de un sistema de videoconferencias como Skype, Zoom o Hangouts, ya que estaría fuera del país en la fecha en la que programamos la llamada.

Su respuesta me llamó la atención: “Lo veo con la gente de sistemas y te confirmo”. Algunos días después volvió conmigo y me confirmó que ya le habían aprobado realizar la llamada por videoconferencia. Me puso a pensar.

Parece algo sin importancia que tengan que pasar algunos días para que el área de sistemas tenga que aprobar una llamada por videoconferencia, ¿pero te imaginas el impacto de este tipo de políticas, multiplicadas por cientos o miles de empleados, sucediendo todos los días?

En su libro Creativity Inc. Ed Catmull (fundador de Pixar), explica cómo lograron generar una cultura realmente creativa. Su filosofía se basa en que todas las personas en la organización son talentosas y quieren contribuir, pero que muchas veces, incluso sin intención, las políticas y los hábitos establecidos en la compañía se los impiden. Finaliza esta idea diciendo que el rol de los líderes es identificar constantemente esos obstáculos y eliminarlos.

En un entorno tan dinámico como el que enfrentamos los negocios hoy, la creatividad, la agilidad y el dinamismo se han vuelto esenciales para la supervivencia.

Podríamos pensar que las políticas burocráticas y los procesos complejos para la toma de decisiones son exclusivos de las grandes compañías. Sin embargo, al reflexionar acerca de cómo en Digitt estábamos inhibiendo nuestro propio potencial, encontré grandes oportunidades de mejora.

A pesar de que somos un startup y tenemos una carga muy ligera en cuanto a reglas y políticas, lo que sí identifiqué es que se habían estado generando ciertos hábitos organizacionales que, de modificarse, podrían ayudarnos a movernos aún más rápido.

Aquí es donde se pone aún más interesante. Considero que las políticas son fácilmente modificables; los hábitos, no tanto.

Si identificas una política que perjudica a tu empresa más que beneficiarla, simplemente podrías eliminarla o, de ser necesario, crear una nueva que la sustituya. Por ejemplo, podrías eliminar por completo la política de tener que solicitar autorización para tener videoconferencias o, si tu negocio lo requiere, implementar una política que indique que todas las videoconferencias deben realizarse por x o y plataforma, utilizando la cuenta oficial de la empresa.

Los hábitos son mucho más complejos porque frecuentemente se forman sin que nos demos cuenta, como resultado de decisiones y acciones del día a día que con el tiempo y de forma repetida, se vuelven automáticas. Identificarlos toma mucho más tiempo porque no están escritos en ningún lugar, se requiere dar un paso atrás y tener una perspectiva distinta.

Se necesita mantenerse alerta todo el tiempo y preguntarte el porqué de las cosas. Después, cuando por fin los identificamos, sustituirlos por mejores hábitos cuesta más trabajo porque los anteriores ya están arraigados en la cultura de la organización.

Habrá entonces que comenzar un nuevo ciclo, luchar contra esa inercia y de forma consciente generar nuevos hábitos.

¿Te has preguntado qué políticas y qué hábitos están impidiendo que tu compañía y cada uno de sus integrantes alcance su potencial? Es necesario preguntárnoslo y hacerlo seguido, es una tarea que nunca termina.

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