El talento es escaso y más cuando existen altos índices de rotación, las empresas participantes en el modelo Empresa de Bienestar Libre de Adicciones (ELA), impulsado por la Fundación Social del Empresariado Jalisciense (Fejal), ha identificado la importancia que sus colaboradores sientan que están aprendiendo y mejorando, lo que favorece a mantenerse dentro de la empresa; una vez que los colaboradores sienten que ya no están creciendo, comienzan a buscar al exterior nuevas oportunidades de trabajo. Las empresas participantes tienen como cifra promedio 8,5% de rotación, una cifra alta si consideramos los costos y los riesgos de pérdida de conocimientos y experiencia, para lo cual las empresas tienen que encontrar una respuesta. Esta pérdida de conocimientos y experiencia aumenta la importancia de retener colaboradores talentosos y calificados con el fin de mantener su ventaja competitiva. Perder colaboradores significa una pérdida de inversión en que los nuevos colaboradores tienen que ser contratados y capacitados y las empresas corren el riesgo de perder potencialmente la información confidencial y terminar en manos de sus competidores.
Toda empresa debe de considerar el talento de cada empleado, y no solo de aquellos que ocupan altos cargos en la empresa, partiendo de un principio fundamental de que todo colaborador tiene talento, “entendiendo el talento como el vehículo o el modo para conseguir el fin o para llevar a la organización hacia donde quiere estar”, de ahí la importancia de incorporar programas de bienestar dirigidos a propiciar el desarrollo positivo de la persona, para que las organizaciones aprendan un todo, en donde se fomente las relaciones positivas con compañeros, el buen equilibrio trabajo-vida-familia, la oportunidad de aprender y la apreciación del trabajo realizado. Se ha encontrado que las recompensas, el estilo de liderazgo, oportunidades de carrera, la capacitación y desarrollo de habilidades, condiciones físicas de trabajo, pero sobre todo, el equilibrio entre trabajo y la vida privada, tienen una influencia indirecta en la retención.
El enfoque inclusivo del talento, como sujeto, involucra a todos en la organización, cada empleado tiene sus propias fortalezas y por lo tanto, potencialmente puede crear valor añadido para la organización, no hay razón para no considerar a cada empleado como talentoso. El éxito de la organización proviene de “captar el valor de toda la fuerza de trabajo” no sólo de unos cuantos. Existe el planteamiento de que unos colaboradores son más talentosos que otros y que deben de tener trato especial, sin embargo, dedicar una cantidad desproporcionada de energía y recursos a unos pocos selectos, según la crítica y cuando los recursos son limitados, podría hacer que se pase por alto las contribuciones potenciales de muchos y se preste atención desproporcionada al desarrollo de las personas que piensan que guiarán a sus organizaciones hacia el futuro.
Actualmente, la llamada generación Y o millennials lideran la rotación laboral, con una cifra mayor al 16% una generación que cambia de trabajo con mayor frecuencia, en contraste con la denominada generación del baby boom, que se están retirando gradualmente. Nos encontramos frente a una sociedad que hace frente al rápido envejecimiento de la población activa, con un cambio en el mercado de trabajo y donde los jóvenes quieren generar sus propios empleos y el aprovechamiento de su talento.
Propiciar mayores niveles de compromiso y motivación con la organización y con el trabajo representa una mayor probabilidad de que el talento permanezca con la organización, con colaboradores con energía, satisfechos y productivos en su trabajo.
