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abril 24, 2024

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Sofía Contreras y Erinque Tripp

La complicidad detrás de Filamento, taller de luminarias artesanales

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La complicidad detrás de Filamento, taller de luminarias artesanales

Un proyecto arquitectónico llevó a Sofía Contreras y a Enrique Tripp a pensar en la posibilidad de tener su propio taller de luminarias artesanales y a comprometerse con las técnicas de fabricación mexicanas. Entre los dos vieron que podían aprovechar materiales y procesos con años de tradición y, en el camino, de hacer una revalorización del trabajo artesanal del país. Han pasado tres años desde entonces, y Filamento, el taller que crearon con este propósito, ha vendido ya piezas a las principales ciudades mexicanas, así como a decenas de clientes extranjeros que han quedado maravillados con su calidad y creatividad. Nada mal para una idea que nació cuando Sofía y Enrique acababan prácticamente de graduarse como arquitectos.

La creatividad y el cuidado al detalle son algunos de los ejes que caracterizan el trabajo de Sofía Contreras y Enrique Tripp, los directores generales de Filamento, taller de luminarias artesanales con el que diseñan y producen piezas para restaurantes, tiendas, hoteles y residencias particulares.

“Todo surgió a partir de un proyecto de remodelación de un restaurante que nos dieron a Enrique y a mí como arquitectos. Al momento de hacer la propuesta de diseño pensamos que las lámparas fueran algo muy característico del lugar, pero al buscar opciones, no logramos encontrar piezas que no fueran extranjeras y caras, así que en ese momento tuvimos la idea de hacer algo nosotros”, cuenta Sofía.

Más adelante, cuando la idea pasó a ser un proyecto en forma, Sofía y Enrique vieron que debían crear una línea que combinara técnicas artesanales mexicanas con un diseño contemporáneo que les permitiera entrar al mercado al que deseaban dirigirse. “Lamentablemente somos un país en el que las artesanías están muy desvalorizadas, en el que nos hace falta reconocer este tipo de trabajo, ya que de ahí viene la riqueza de nuestra cultura y de nuestra identidad como mexicanos”, explica Enrique.

En ese contexto nació Filamento hace tres años, cuando Sofía y Enrique, ambos licenciados en Arquitectura por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), tenían poco de graduados y apenas se enfrentaban a los primeros retos de su industria.

“Uno de los retos más importantes que hemos tenido ha sido el darnos a conocer. El hecho de vender productos artesanales es un tema que hay que saber manejar, ya que muchas veces los clientes creen que, por ser hechos a mano, son algo económicos, pero es importante resaltar que el trabajo que los artesanos realizan es bastante laborioso, que requiere de horas, así que es nuestra responsabilidad transmitirle a los clientes lo que hay detrás, y que cada una de nuestras piezas también ayuda a preservar técnicas artesanales mexicanas”, detalla Enrique, quien se encarga del taller, de estar al pendiente de los proveedores, y de tener el producto listo para agendar las entregas.

Otra parte fundamental del proceso creativo de estos dos jóvenes empresarios tiene que ver con la inspiración y los viajes que hacen cada mes para buscar diferentes técnicas y artesanos.

“Nos gusta investigar sobre otras técnicas artesanales que todavía no trabajamos, y por eso organizamos viajes que nos permiten conocer nuevas partes de México, así como su gente y lo que hace”, agrega Sofía, quien además de diseñar, coordina el área administrativa de Filamento

De hecho, tanto Sofía como Enrique se encargan de generar los diseños y bocetos que cada temporada incluyen a su catálogo o a las propuestas que les solicitan sus clientes para proyectos específicos.

“Tenemos diferentes tipos de clientes, los que solo acuden a nosotros para comprar una lámpara bonita, ad hoc con su proyecto y que no requieren nada más; o también están los que requieren un trabajo más completo, que quieren poner nuestras lámparas, pero no saben en qué medida o acabado, o cuántas, por lo que nos piden asesoría para poder darles una propuesta adecuada, ya sea con nuestras lámparas en catálogo o bajo diseño”, comenta Sofía.

La mayoría de las luminarias de Filamento se trabajan con materiales como vidrio soplado, barro, cobre, madera y piedra basáltica, aunque pronto incorporarán también una nueva colección de piezas hechas de tejido de chuspata y palma.

“Podemos sentirnos orgullosos de estar en una ciudad como Guadalajara, ya que su proximidad con los municipios de Tonalá y Tlajomulco nos dan acceso inmediato a varias técnicas artesanales y materiales que se trabajan en Jalisco desde hace muchos años”, explica Enrique.

En el mediano plazo, Sofía y Enrique desean que sus luminarias se posicionen en el mercado extranjero, donde han conseguido hacer algunas ventas con clientes particulares, aunque no a la escala que saben que podrían mover gracias al interés que han recibido por parte de Europa y Estados Unidos.

Actualmente sus proyectos más icónicos en Guadalajara se encuentran ubicados en la tienda que Villa de Patos abrió recientemente en la colonia Seattle, y en Hato, el nuevo restaurante de ramen del reconocido chef australiano Paul Bentley, en la colonia Americana.

  • 3 años en el mercado
  • 13 colaboradores
  • Volcán, Caravana Americana y Campamento son los foros especializados en los que han estado.
  • Guadalajara, Ciudad de México, Los Cabos, Tulum, Puerto Vallarta, Houston, San Cristóbal de las Casas, Monterrey, Punta Mita y San Diego son las ciudades en las que han vendido más piezas.
  • Próximamente entregarán luminarias a la tienda Levi’s de Ciudad de México.
  • Los dos socios y directores de Filamento son arquitectos del ITESO y además comparten la misma edad: 28 años

“Queremos convertirnos en una marca mexicana que sea reconocida a nivel mundial por su buen diseño y trabajo artesanal”.

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