Crecer en una familia de artistas tiene sus peculiaridades, y Cecilia Rébora lo descubrió a una tempranada edad. Mientras los papás de sus amigos iban a trabajar en horarios de oficina y les ponían nombres comunes a sus mascotas, los de ella le daban la libertad de explorar su gusto por el arte y llamaban a su perro Picasso.
“Soy la más pequeña de mis hermanos. Me tocó entrar de lleno a este mundo y ver que todos ya hacían algo. Tengo dos hermanos pintores y otro escultor, así que siempre estuve rodeada de arte. En ese momento no me incliné por completo a la ilustración y por eso decidí estudiar arquitectura porque podía dibujar. Terminó por no gustarme, y mejor me inscribí en un curso de creación literaria. Después viajé con mi esposo a Barcelona para que él estudiara su doctorado en arquitectura y ahí fue que quise entrar a ilustración de manera formal”, explica Cecilia, que en 2018 fue designada como Embajadora de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ).
Desde hace veinte años Cecilia Rébora se dedica de forma profesional a la ilustración de libros infantiles, esto con colaboraciones con algunas de las editoriales nacionales e internacionales de mayor renombre como son Fondo de Cultura Económica, Alfaguara, Ediciones SM, Planeta, Pearson Scott y McGraw Hill, entre muchas más.
“El gusto por los libros infantiles viene por mi personalidad. Soy muy infantil y, aunque me encantaría escribir o ilustrar para adultos, me gustan creo que más las historias que pueden ser para todo tipo de públicos y que pueden tratar temas como animales, cosas fantásticas, o realidades de este mundo. No son historias menos importantes, como muchas veces se les considera por prejuicio, sino igual de trascendentes. Los niños son muy inteligentes y por eso exigen mucho de nosotros. Formamos nuevas generaciones y fomentamos también temas de cultura y del gusto por la literatura. En una entrevista hace poco leí que la lectura se había convertido ahora en una oportunidad para tener tiempo propio, sobre todo porque todos estamos volcados a lo digital, a los videos y al consumo masivo de información”, agrega la creativa.
Además de proyectos editoriales Cecilia cuenta con colaboraciones en espacios icónicos de Guadalajara como es el Museo Interactivo Trompo Mágico, lugar donde realizó la ilustración y ambientación museográfica de la sala “Maroma”.
“Empecé a ilustrar de manera formal en el 2000. Desde entonces casi toda mi trayectoria ha estado ligada al mundo editorial, y es por lo que más se me conoce, pero también he colaborado en algunos proyectos ajenos que me llenan de orgullo. Sin embargo, tengo formación como escritora y me gustaría escribir, así que el siguiente libro que publique de ilustraciones deberá estar basado en una historia escrita por mí. Es algo que me puse como reto y como una nueva motivación para que suceda pronto”, detalla.
A la fecha la ilustradora tiene más de 60 libros publicados y ha participado ya en varias exposiciones itinerantes, así como en talleres, ferias y foros de fomento a la lectura tanto en México como en el extranjero.
“Las escuelas están haciendo una gran labor, y como sociedad tenemos más conciencia de la importancia de la lectura. Cuando yo era niña no había el acceso a libros que hay ahora. Es una responsabilidad compartida entre papás y maestros, pero considero que sí nos hemos preocupado mucho más porque nuestros hijos lean”, acota.
Los datos:
- Estudió el Diplomado de Creación Literaria en la SOGEM en la Ciudad de México y cursó la carrera de ilustración en la Escuela de Artes Aplicadas Josep Serra i Abella en Barcelona, España.
- En 2011 ganó el primer lugar en el 2 Catálogo Iberoamericano de Ilustración convocado por FIL, Fundación SM, y el Ilustradero.
- La ilustradora tapatía que se abrió camino en el mundo de las grandes editoriales infantiles y juveniles Actualmente se dedica a la ilustración de libros e imparte clases de arte, literatura y creatividad para niños.
