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abril 24, 2024

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Rodrigo Hernández

Por

Un encuentro inesperado con el arte le presentó a Rodrigo Hernández un nuevo camino de vida que lo llevó a tener Tiro al Blanco (Juan Álvarez #833), galería de arte que abrió hace cinco años con la intención de generar un programa de interés en la sociedad y de hacer un negocio rentable con las industrias creativas.

Desde entonces no solo ha coordinado exhibiciones en la galería, sino que se ha involucrado activamente en proyectos culturales, ferias de arte, así como en eventos de alto impacto como PRE MACO, que este mes se lleva a cabo en la ciudad.

Creativo, inquieto, alegre y constante, Rodrigo Hernández, de 33 años, es ya uno de los rostros más reconocibles del arte local y también uno de los responsables de que Guadalajara se interese cada vez más en la cultura.

¿Cómo nace tu inquietud por el mundo del arte?
Fue un encuentro inesperado. A través de una empresa dedicada a la promoción de artesanías que me llevó a conocer gente con colecciones de arte contemporáneo y, claro, a tener mis primeras inquietudes.

¿Por qué decides abrir tu propia galería?
Trabajaba en un proyecto, hoy extinto en Guadalajara, que me permitió hacer grandes amigos y además conocer la escena local y nacional de arte contemporáneo; aunque al final la idea de tener algo propio me motivó a renunciar a dicho proyecto e incursionar en lo que se convertiría en Tiro al Blanco.

¿Cuáles consideras que han sido tus mayores retos como fundador y director de Galería Tiro al Blanco?
La formación de públicos es un término que hoy en día es más frecuente en nuestra sociedad, pero para mí es lo más importante de mi proyecto y lo que más me ha costado trabajo conseguir. Generar, en un inicio, la curiosidad, después el interés, y por último el valor que tiene el arte contemporáneo en la actualidad y cómo este se desarrolla en las sociedades del siglo XXI.

En tu opinión, ¿por qué crees que la gente no ve oportunidades de negocio en el arte y la cultura?
Me parece que es algo relativamente nuevo en nuestra sociedad. Guadalajara en específico tenía décadas de no experimentar una escena cultural como la que se tiene hoy en día; y México en general atraviesa también por ese rezago significativo si lo comparamos con otros países que llevan más de 50 años apostando por la cultura en áreas de promoción económica, turismo y de recuperación del tejido social.

¿Consideras que en Guadalajara ha cambiado esta percepción desde que inauguraste la primera exhibición de tu galería?
Totalmente, en estos cinco años se han consolidado distintos espacios independientes, residencias, espacios institucionales, más galerías nacionales e internacionales. La infraestructura de los mismos artistas ha mejorado, incluso justo ahora que está por arrancar PRE MACO en la que sin duda es una de las semanas culturales más importante de Guadalajara, somos muchos los que estamos trabajando en que crezcan este tipo de iniciativas.

¿Por qué te convertiste también en gestor cultural? ¿Es parte del proceso de quienes promueven arte, o esta es una faceta que arrancaste por otras necesidades?
Todo promotor del arte es gestor cultural, desde un análisis financiero me intereso por la investigación de cómo un desarrollo cultural planeado, estable, y con objetivos, puede transformar una ciudad, un estado, un país. Solo falta que la iniciativa privada de nuestro país se involucre más en el desarrollo de la cultura en México, pero estoy convencido de que esto está cambiando, y que en unos años los resultados serán visibles.

¿Cuál es tu mayor impulso para continuar en esta industria? ¿Cómo te renuevas para que tu galería siempre esté a la vanguardia?
Lo difícil que es mantenerte, crecer y abrir mercados internacionales desde una galería, aunque si hablamos de un pilar, ese sin duda es mi familia. Me renuevo siempre gracias a la gente que me rodea, porque si algo me ha dado esta profesión han sido grandes amistades, amigos que han confiado en mí, que están ahí no solo en el ámbito profesional sino con los que también puedo hablar de temas personales, que me dicen mis errores y me ayudan a mejorar constantemente, y claro que al mismo tiempo estoy investigando los escenarios nacionales e internacionales para tomar las mejores decisiones para el programa de la galería.

¿Cómo has integrado tu vida empresarial con tu vida personal?
En ciertos aspectos ha sido fácil, disfrutar las exposiciones de museos y galerías en familia es fácil, incluso cuando estamos de vacaciones, aunque sí es una delgada línea entre trabajo y placer. La parte difícil es la distancia, paso mucho tiempo fuera de casa, pero mi pareja y yo hemos encontrado la manera de tener tiempos de calidad, y de siempre hablar y saber en todo momento uno del otro, y de platicar en la medida de lo posible con mi hijo y mi papá.

¿Qué consejo le darías a quienes, como tú, quieren incursionar en las industrias creativas?
No perder de vista que esto tiene que ser negocio, tener un programa claro de objetivos a corto, mediano y largo plazo, y ver que las proyecciones se den en la medida de lo posible.
Investigar todo el tiempo. Es una industria que cambia muy rápido, y tiene muchos imprevistos en el camino, así que deben aprender a detectar errores y corregirlos oportunamente.
Seguir tu instinto. No está mal seguir una corazonada, pero siempre es bueno darle una revisada antes de ejecutarla.
Y lo mejor: disfrutar lo que se hace. Si algo te da esta profesión son grandes satisfacciones, amistades y oportunidades que en otros campos es difícil encontrar.

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