La industria del diseño de interiores no se puede entender sin los proyectos residenciales y hoteleros de Karen Collignon. Desde muy joven, en los años 70, la interiorista tapatía comenzó a trabajar para familias locales y extranjeras que buscaban tener una casa de descanso en destinos como la Ribera de Chapala y Puerto Vallarta, así como para las cadenas hoteleras que poco a poco iban instalándose en Guadalajara y sus alrededores.
Hoy, a más de 40 años de distancia, Karen Collignon se ha labrado su lugar como ícono jalisciense y también como una mujer que ha sido capaz de reinventarse y dejar huella en cada uno de los proyectos en los que ha intervenido.
La gente de Guadalajara sabe quién es Karen Collignon. Por años ha sido el referente del buen gusto y el diseño de interiores y muchas son las generaciones que han seguido sus pasos en una ciudad que, a base de creatividad y esfuerzo, se ha consolidado como uno de los puntos de encuentro más interesantes para quienes buscan hacerse nombre en esta industria.
Karen es tapatía de nacimiento, y desde sus inicios con Las Cocheras, una tienda de decoración que abrió junto con su madre Patricia Hoff y su esposo Carlos Gómez España en los años 70, le ha tocado ser parte de un movimiento cultural que ha permeado a otras ramas afines al interiorismo como son el diseño, la arquitectura y el paisajismo.
“México se ha convertido en un referente de la arquitectura y el diseño; sin embargo, Guadalajara es la ciudad que se ha tornado en una de las mayores plataformas para los diseñadores y las industrias creativas, así como en una de las concentraciones de talentos más interesantes del país”, explicó Karen en entrevista exclusiva para PLAYERS of life.
El concepto de interiorismo no existía como tal en aquellos años, cuando Karen y su mamá apenas empezaban, así que la gente las conocía por ser las propietarias de una tienda de decoración y por ayudar a sus clientes con ideas o piezas para sus distintos espacios dentro y fuera de la ciudad.
“Cuando abrimos la tienda el concepto de interiorismo todavía no se utilizaba, pero de un tiempo para acá, los expertos comenzaron a hacer la distinción y a decir que la decoración era para algo en lo que no se intervenía a fondo, mientras que el interiorismo significaba algo más profundo y relacionado con la retroalimentación del cliente”, agregó.
Desde joven, Karen descubrió que compartía la pasión por el diseño y la creatividad que sus padres profesaban en su hogar, y que ella después, a su vez, consiguió permear a la siguiente generación, pues Cristóbal Gómez España, el más pequeño de sus hijos, ahora es su socio y parte fundamental de la empresa.
“Mis papás fueron personas muy sensibles al arte, la música, a la cultura y al diseño en general. Creo que mi papá debió haber estudiado arquitectura, porque era un genio para eso; sin embargo, fue ingeniero industrial, aunque todo el tiempo se la pasó creando; y mi mamá siempre buscando la armonía de los espacios, los detalles. Fueron ellos dos grandes maestros para mí, y quizá lo haya sido yo después para mi hijo menor, quien desde muy pequeño se interesó por mi trabajo”, acotó la interiorista.
Cristóbal opera la parte corporativa de la empresa, es decir, los desarrollos y proyectos más institucionales de Collignon Living, mientras que Karen se enfoca por completo a sus funciones como directora y creativa de las distintas áreas que conforman el despacho.
“Siempre he sido apasionada. Nunca he dejado de trabajar y seguimos vigentes porque he tenido esa permanencia desde que inicié; además, me mantengo actualizada, viajando a ferias internacionales para revisar tendencias, marcas, y leyendo mucho, para estar al día, para inspirarme y, sobre todo, para sorprender al cliente”, precisó.
La mayoría de los clientes se vuelven amigos o personas muy cercanas a Karen y a su equipo de trabajo, ya que se involucran de cerca con ellos, en sus gustos y manías, en lo que hacen o no hacen en la intimidad de su casa, porque al final todos integran detalles que Karen debe tomar en cuenta al resolverles un espacio o al proponerles algo.
“Mi papá siempre insistía en que los lugares debían tener una pieza conversacional, algo divertido o disruptivo que incitara a la conversación, al diálogo, y es algo que comparto con él, pues lo acogedor, fresco y funcional no tiene por qué estar peleado con la integración de este tipo de elementos, sean piezas de arte o de decoración”, compartió mientras el fotógrafo la dirigía en la terraza de sus oficinas.
La tienda Las Cocheras fue el negocio que después permitió que amigos, conocidos y recomendados se les acercaran a contratarlas para que les ayudaran a intervenir sus casas en la ciudad, así como sus residencias de descanso en los destinos de esparcimiento de los tapatíos como son la Ribera de Chapala, Puerto Vallarta, Tapalpa y Manzanillo.
“Al principio trabajábamos mucho más para americanos que para mexicanos. Venían a la tienda a comprar cosas para sus casas de descanso, y poco a poco nos recomendaban para que nosotros les hiciéramos proyectos completos en la playa y otros destinos nacionales. De hecho, muchos de nuestros clientes americanos querían mudarse temporadas a Puerto Vallarta, cuando todavía era un pueblo pequeño, y así fue que empezamos a trabajar con ellos; incluso con grandes empresarios y artistas en el tiempo en el que Elizabeth Taylor tuvo una casa ahí por muchos años”, compartió.
La industria de la construcción, que enmarca el interiorismo, el diseño y la arquitectura, aporta, según la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), el 7.2% del PIB nacional y se pronostica que este siga creciendo, pues se encuentra en una tendencia positiva a pesar de la volatilidad en la paridad del peso-dólar.
“Definitivamente se ha vivido una transformación impresionante en el sector y celebro a los empresarios y demás personas que se han arriesgado y apostado o traído a arquitectos de mucho renombre para hacer sus casas, oficinas y desarrollos, porque han venido a traer proyectos que suman muchísimo y ponen a México en alto a nivel mundial”, profundizó.
El crecimiento de la industria ha obligado a sus principales exponentes a pensar en la mejor manera de atender al mercado local y nacional, y Karen ha sabido detectar los puntos de encuentro para que sus clientes queden satisfechos con la experiencia de trabajar con ella y sus diferentes equipos.
“Nosotros dividimos la empresa en diferentes áreas porque también albergamos algunas marcas diferentes a Karen Collignon y, por lo tanto, decidimos nombrar a todo el grupo como Collignon Living y dejar a Karen Collignon como el área de interiorismo como tal. Además, contamos con un despacho de arquitectura que dirige mi hijo Christian Gómez España para poder hacer proyectos integrales, y con el Instituto Karen Collignon, que es donde formamos a nuevos interioristas”, explicó la creativa.
Collignon Living es así, el grupo de empresas que Karen y su hijo Cristóbal dirigen para facilitarle a sus clientes los diferentes servicios que tienen que ver con el desarrollo mismo de sus proyectos, con la compra de sus accesorios y mobiliarios, y con la producción de piezas hechas a la medida directamente en su estudio de expertos.
Recientemente se consolida Along, que representa a las empresas familiares, conjuntando a las que dirigen sus hijos Carlo y Alexis, para hacer proyectos residenciales, hoteleros, así como desarrollos corporativos, desde su diseño arquitectónico, construcción prefabricada, mobiliario urbano e interiorismo. Pueden entregar proyectos “llave en mano” concepto, usado para describir un proyecto integral.
“Nosotros visitamos las principales ferias y expos de diseño de Europa, Estados Unidos y Asia para ver qué podemos traer a la tienda y para conocer lo que está en tendencia, y lo que tenemos la obligación de proponer. Afortunadamente México, y Guadalajara en particular, cada vez son más propositivos y vanguardistas, y se atreven a experimentar con formas, telas y texturas que quizá no hubiéramos podido ver o integrar antes”, puntualizó.
Karen desarrolló el Instituto Karen Collignon porque busca abonar precisamente a la ola de creatividad y talento de la ciudad. Quiere que más personas con la inquietud y el deseo de sumarse y hacer proyectos interesantes, lo hagan con un marco teórico y de referencias que les permita profesionalizar su trabajo.
“Llevamos tiempo impartiendo cursos, talleres y diplomados en el instituto, pero a finales de este verano arrancaremos de manera oficial con la licenciatura en Interiorismo para aquellos que quieran graduarse con todas las credenciales y con toda la experiencia, ya que también generaremos intercambiamos con otras escuelas e institutos del extranjero, así como proyectos para que vayan más allá de la teoría”, señaló.
El Instituto Karen Collignon cuenta ya con la certificación de la Sociedad Mexicana de Interioristas A.C., a la que pertenece Karen, y con las aprobaciones de otras organizaciones internacionales que han venido incluso a revisar el programa académico y las instalaciones en las que se impartirá la licenciatura.
Así, Karen no solo se ha afianzado un lugar icónico entre los nombres más representativos del interiorismo en México, sino como el de una de las empresarias tapatías con una de las carreras profesionales más constantes y longevas.
“Como interiorista, lo que tienes que saber es qué te gusta, qué te identifica, y lo que necesitas hacer para que tu cliente pueda vivir bien en el espacio”
PLAYERS Brief
Quinta Real, Hyatt Regency Andares, Grand Hyatt Playa del Carmen y Fiesta Americana Grand son algunos de los hoteles que figuran en su cartera de proyectos más conocidos.
40 años tiene Karen Collignon de ser uno de los mayores referentes del interiorismo en Guadalajara y México.
Collignon Living es el grupo de empresas que dirige junto a su hijo, Cristóbal Gómez España.
Las cocinas italiana y mexicana contemporánea son sus favoritas de degustar y preparar.
Además, viaja con frecuencia a países y culturas extranjeras que le permiten conocer otros conceptos e ideas que después incorpora a sus proyectos.
