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abril 24, 2024

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Guillermo Santoscoy

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La cita para reunirnos con el doctor Guillermo Santoscoy se concreta a finales de enero, cuando él y sus hermanos, también médicos y administradores, se encuentran en plena celebración del 50 aniversario de la Unidad de Patología Clínica. El doctor habla de las felicitaciones y reconocimientos que pacientes de años, médicos amigos y clientes les han hecho en esos días, e invita al equipo de PLAYERS of Life a visitar sus oficinas y laboratorios centrales de avenida México para hablar de su trabajo al frente de la empresa, y de cómo ha sido el proceso de mantenerse como un referente del buen servicio y la innovación en un mercado tan competido como el de los laboratorios de análisis clínicos. Promete llevar traje y varios cambios de corbata, aunque concede que lo suyo es la bata, ese distintivo de su profesión que lo acompaña todos los días desde que era estudiante de medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). “Creo que me gusta más la bata. Es lo que diario uso”, le dice al equipo de la revista que se presenta en el lobby de sus oficinas ubicadas en la colonia Ladrón de Guevara.

El galeno empieza por decir que los lunes (día en que se lleva a cabo la entrevista) son, por lo general, muy tranquilos, y que quizá reciban muestras de solo 800 pacientes. Sin embargo, para quienes están ahí para hacer su sesión de fotos y la entrevista, la recepción refleja que cualquier día significa mucho trabajo para el doctor y su equipo de médicos especializados. “Somos el único laboratorio clínico privado con mayor número de médicos especialistas en medicina de laboratorio e imagenología de todo el país”, destaca Santoscoy mientras saluda a las  recepcionistas y a la gente que le ayuda a operar las máquinas en las que se llevan a cabo los análisis clínicos y de imagenología. De hecho, UPC es de los pocos laboratorios a nivel nacional que puede hacer hasta 2 mil 500 exámenes distintos, por lo que ha logrado consolidarse también como proveedor de servicios para alrededor de 900 laboratorios foráneos, principalmente de la Ciudad de México, Nuevo León, Guanajuato, Sinaloa, Michoacán, así como de otros estados del país. “No solo atendemos a pacientes de Guadalajara y su zona metropolitana. A otros laboratorios les ofrecemos las pruebas que no pueden realizar, para que a sus pacientes les ayuden a revisar o monitorear ciertos padecimientos que ellos no pueden procesar”, agrega poco antes de subir al segundo nivel del edificio, en el que se encuentran las máquinas del laboratorio.

En el año 2000, UPC fue el primer laboratorio del occidente del país en obtener la acreditación del College of American Pathologists (CAP), misma que han tenido que mantener y renovar cada dos años y que, a la fecha, les permite actualizar sus procedimientos y el conocimiento que existe dentro de la empresa sobre nuevos padecimientos. “Mis hermanos y yo, como familia, pero también los otros médicos que trabajan con nosotros, sabemos que debemos mantenernos vigentes, y por eso nos encargamos de ir a congresos y seminarios en los que estudiamos nuevas tecnologías o enfermedades que debemos considerar en nuestros laboratorios”, cuenta el doctor de 61 años.

La Unidad de Patología Clínica nació en 1968 como resultado de una iniciativa emprendida por seis médicos, entre ellos el patólogo clínico Guillermo Santoscoy Gómez, fallecido en 2005, y padre del hoy director general de los laboratorios UPC y de los doctores Fernando, Francisco y Luis, así como de la química farmacobióloga Alicia, y de la gerente financiera de la compañía, Martha. “UPC arrancó como una idea de mi papá y de otros de sus amigos médicos para abrir un laboratorio en forma en Guadalajara. Años después mi papá fue el único que tuvo hijos interesados en la medicina y fue entonces que se tomó la decisión de comprar la empresa y de continuar con su desarrollo”, agrega el director. Para 1974, el crecimiento de la ciudad demandaba nuevas y mejores vialidades, por lo que la ampliación de la avenida Federalismo obligó a la familia Santoscoy a abandonar sus instalaciones en la calle Escobedo para reubicarse después en avenida México, donde hasta el día de hoy continúan sus oficinas centrales. “Hemos estado en esta misma ubicación desde entonces. Cada etapa del laboratorio ha traído nuevas adecuaciones y modificaciones, pero la historia de UPC realmente se ha construido aquí, en las instalaciones que hemos tenido en avenida México por más de 40 años”, comparte. Por si fuera poco, el edificio mismo se encarga de demostrar que los valores de la tradición, la experiencia y la modernidad rigen a la empresa, pues a lo largo de sus distintos pisos es posible encontrar vitrinas del Museo de Ciencia y Tecnología Guillermo Santoscoy Gómez, un proyecto que los hermanos Santoscoy iniciaron y registraron para que pacientes y público en general pudieran conocer aparatos médicos que van del siglo XIX hasta los tiempos en que el laboratorio ya operaba en la ciudad. “Sabemos que tenemos un compromiso con la ciudad y con nuestros pacientes, y por eso es que decidimos abrir este museo en honor a mi papá, para que estudiantes, pacientes y gente en general vinieran a ver lo que médicos de otras épocas utilizaban para realizar análisis clínicos”, explica el doctor. Además los hermanos Santoscoy han trabajado porque el legado de su padre continúe bajo su cuidado, ya que un proyecto de seminario que el fallecido doctor Santoscoy Gómez inició hace 37 años sigue vigente hasta la actualidad con ponencias e invitados especiales que la familia de médicos realiza cada año para convocar, sin costo, a socios, colegas e interesados en los temas que se abordan en los seminarios que organizan; incluso cuentan con un enorme auditorio en el cual llevan a cabo todas estas actividades, así como muestras de arte itinerantes que han buscado impulsar desde sus oficinas corporativas.

El doctor Santoscoy y sus hermanos también han procurado continuar con la lucha que su padre empezó en vida en contra de la dicotomía (entrega de una parte de honorarios a un médico que, a cambio, se compromete a remitir sus pacientes para realizar exámenes o análisis muchas veces innecesarios); sin embargo, concuerdan en que los avances han sido lentos y que aún queda mucho por hacer para erradicar esta práctica de la medicina nacional. “No nos prestamos a la mordida. No damos dinero a los médicos para que nos manden pacientes, y tampoco a las compañías para que nos remitan a sus empleados. A nivel nacional mi papá luchó mucho en contra de la dicotomía, y como familia hemos ido muchas veces a la Cámara de Diputados y de Senadores para impulsar que se quite esto de la norma, pero por algo se ha quedado en el limbo. Incluso tenemos una asociación a nivel nacional de laboratorios que no damos participación económica”, acota el doctor.

El compromiso social de la familia Santoscoy también está presente en los análisis que diariamente donan en lugares como el Hospital Civil o a través de médicos que entran en contacto con ellos para presentarles casos de personas que necesitan de estudios especializados y que no pueden costearlos, ya que a nivel nacional son uno de los laboratorios más completos y mejor equipados, y muchas veces solo ellos son el único laboratorio capacitado para realizar cierto tipo de estudios. “Hay máquinas que cambiamos cada dos, tres o cuatro años por medio de leasing. La tecnología y los padecimientos están en constante evolución y nosotros debemos estar siempre a la vanguardia. En 1990 iniciamos la etapa de automatización del laboratorio, luego en 2003 inauguramos un nuevo edificio para nuestras áreas de laboratorio clínico e imagenología, y más recientemente, en 2016, sumamos un nuevo equipo analítico que nos ayudó a automatizar el laboratorio”, detalla. En total son 28 médicos especialistas, con certificaciones vigentes por sus respectivos consejos de especialidad, los que se encargan de revisar el buen funcionamiento de las máquinas, así como los resultados que estas arrojan, pues parte esencial de UPC es el cuidado personalizado que brindan a sus pacientes en cada etapa de su visita, empezando por la recepción, la toma de muestras, el análisis y la entrega de resultados. “Nuestro diferenciador con muchos de los otros laboratorios foráneos está en el trato personalizado que damos a nuestros pacientes. A nosotros nos importa que se sientan cómodos, que los atiendan en el instante y, lo más importante, que sus resultados estén validados por un laboratorio acreditado y por un cuerpo médico altamente capacitado”, indica el médico cuando el fotógrafo le pide que pose para una segunda prueba, pero ahora con su bata puesta. El fotógrafo suelta sus primeros disparos frente a las máquinas más modernas del laboratorio y el doctor le hace una señal a su hijo Guillermo, jefe del departamento de referencia, para que se acerque y aparezca junto a él. Los dos constituyen la cuarta, y ahora quinta generación de médicos Santoscoy, una familia que por décadas ha sido un referente de la medicina a nivel local y nacional. Después el fotógrafo les pide que cambien de postura y les dispara otro flash. Atrás, las máquinas continúan su operación con las muestras que llegaron en la mañana al laboratorio, y poco a poco los otros hermanos Santoscoy se incorporan también a la toma. Es momento de continuar con los festejos de aniversario de UPC.

 

 

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