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abril 19, 2024

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Wizeline, semillero de emprendedores

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Guadalajara es una ciudad con gran potencial de desarrollo tecnológico que se ha convertido en la cuna de startups impulsadas por compañías internacionales como Wizeline, empresa líder en el desarrollo de software que llegó al ecosistema de la perla tapatía para transformar a la industria con su modelo de innovación y cultura laboral.

Para la firma creada por Bismarck Lepe, la perla tapatía ha sido muy importante para el crecimiento de la compañía desde su llegada en 2014. Actualmente cuenta con 400 colaboradores en sus nuevas oficinas ubicadas en Distrito La Perla y su plan de expansión contempla crecer la plantilla laboral a más de 2 mil trabajadores.

El empresario nacido en Estados Unidos, pero de padres mexicanos, siempre ha mostrado una especial predilección por el talento nacional, y a poco más de 4 años de la llegada de Wizeline a tierras jaliscienses, el exitoso CEO narra para Players of Life porqué decidió llegar a una de las zonas con mayor proyección tecnológica a futuro.

¿Qué papel juega Guadalajara como uno de los principales hubs tecnológicos del mundo?

En Guadalajara hay mucho talento y en la industria de tecnología, juegan un papel muy importante las mentes y el trabajo que éstas pueden crear.

Por otra parte, la ubicación de la perla tapatía es fundamental: hay 8 vuelos desde el Silicon Valley a la capital de Jalisco todos los días, y eso ayuda muchísimo. Aunque todavía falta trabajar más para ampliar el número de frecuencias con otros destinos importantes.

¿En qué consiste el proyecto Wizeline Fund?

Para poder comprender un poco mejor cómo funciona el programa, podemos tomar como referencia la manera en cómo empezó el Silicon Valley de Estados Unidos. Primero se instaló la empresa Shockley, que inventó y trabajó en el transistor. Después, siguió otra empresa y luego llegó Intel, que fue exactamente ahí donde ocurrió el detonante del Silicon Valley.  Muchos trabajadores de la firma arrancaron nuevas empresas y otros invirtieron en otros proyectos y en gran medida, eso contribuyó para convertir al Silicon Valley en lo que es ahora. No solo fue el talento y las universidades, sino también el capital de riesgo que invirtieron las empresas.

El objetivo detrás de Wize Fund es que nosotros vemos que no solamente estamos creando un negocio, sino que estamos incubando una nueva manera de pensar; una forma distinta de resolver problemas, que es justo lo que queremos de los emprendedores.

El proyecto consiste en un fondo de 5 millones de dólares en el que los trabajadores de WizeLine con más de 2 años en la empresa y que han desarrollado una idea de negocio, pueden salir y Wize Fund invierte en su proyecto desde los 25 mil a los 250 mil dólares.

Es un programa que lleva 3 años y ahorita ya tenemos las primeras dos empresas que están muy cerca de poder levantar capital del Wize Fund.

A pesar de que mi empresa anterior, Ooyala, no fue muy reconocida, de los 650 colaboradores que tuvimos, salieron 50 para arrancar 30 empresas. Veinte de esos proyectos levantaron más de 200 millones de dólares de capital y han logrado regresar más de medio billón de dólares de capital a los inversionistas. Asimismo, esas empresas han creado en México cerca de mil empleos bien pagados.

A la par de Wizeline, has desarrollado otros proyectos como Ooyala y Startup Gdl, siempre apostando por el talento mexicano, ¿cuál es la particularidad que has encontrado en los tapatíos?

Nosotros no estuviéramos aquí si hace 45 años, IBM no hubiera invertido para mudarse a Guadalajara. La tecnología es algo que ya corre por la sangre de los tapatíos. Tenemos muchos colaboradores cuyos abuelos trabajaron en IBM, que sus padres trabajaron en HP, Kodak, Intel y ahora ellos están aquí como desarrolladores de software. Ha sido algo que no sucedió de la noche a la mañana, y pienso que es muy complejo replicar el modelo en otra parte de la república mexicana. Además, existen muchas universidades de alto nivel.

Otro de los aspectos importantes, es que existen muchas facilidades para emigrar a Guadalajara y México. En Wizeline tenemos trabajadores de 18 países diferentes y contamos con el 7 por ciento de la población musulmana que vive en Jalisco.

Hay personas que vienen de Egipto, de Francia, de Alemania, Nueva Zelanda, Australia, China, India, Cuba, Colombia, Ecuador  y otros más de Sudamérica.

¿Qué elementos tiene Guadalajara que le pueden permitir convertirse en el Silicon Valley de Latinoamérica?

El Silicon Valley siempre será el Silicon Valley, pero su esencia y concepto se pueden replicar en diversas partes del mundo en donde exista un ecosistema de innovación con empleos donde se empodera al colaborador y se le paga bien, porque si le va bien a la empresa, le va a ir bien a los colaboradores. Creo que son cosas que ya están ocurriendo en Guadalajara y en Jalisco.

¿Cuál es el diferenciador del Bismarck Lepe que inició con Google y ahora lleva la bandera de Wizeline?

Considero que hubo dos cambios: el primero es que la experiencia ayuda muchísimo. Desde que tenía 5 años he pensado en ser un emprendedor. Cuando estaba en la universidad intenté comenzar 5 startups de tecnología y todas fracasaron.

Sin embargo, no fue hasta que entré a Google y vi su crecimiento cuando realmente aprendí, porque no solo es la tecnología o generar una idea, sino que también debes comprender cómo llevar un producto al mercado. Tienes que aprender cómo contratar a la gente y motivarla para que sea mejor de como fue la semana pasada o el año anterior. Todo eso lo entendí durante el tiempo que estuve en Google.

Una de las cosas que también les digo a los emprendedores es que si vas a una empresa que le está yendo bien y está creciendo muy rápido, vas a atraer talento increíble. En la red que hice en Google, ahora los colaboradores con los que estuve trabajando al mismo tiempo, están al frente de las empresas más grandes del mundo, como Facebook.

Mis padres se fueron de México a Estados Unidos y trabajaron en el campo. Crecimos pobres, pero siempre con un enfoque en la educación. Entonces, por mucho tiempo mi objetivo fue trabajar en las empresas para solamente hacer dinero. Pero tuve la suerte de estar en Google antes de que saliera a la Bolsa y tuve acciones de la empresa.

Mi vida tuvo un giro cuando la firma se hizo pública en 2004. A partir de ahí, creo que mi enfoque   cambió a  buscar la manera de poder tener un impacto eficiente en la sociedad, ya no solo en hacer dinero. Trayendo lo que aprendí en el Silicon Valley a Guadalajara y generando oportunidades, pienso que sí podemos crecer la clase media de una manera rápida y ese es el impacto que considero que todos queremos tener aquí en la ciudad.

¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado en este mundo de la tecnología?

Hay tantos. Existen retos desde cómo vas a levantar capital, cómo convencer a los primeros inversionistas, cómo vas a manejar tu mesa directiva, entre otros. En el camino te vas a encontrando con retos de crecimiento, de contratar a las personas que no son las correctas cuando quieres escalar el proyecto. No podría decir  que existe un reto en específico, pienso que hay muchos que me han enseñado a manejar la empresa y todos los días sigo aprendiendo.

Uno es formado por sus propias experiencias. Por un lado, fue bueno vivir mi etapa formativa en Google, porque fui el empleado número 221 y crecimos a 15 mil en cuatro años y medio. Entonces, tratar a la gente con respeto, ofreciéndoles oportunidades, dándoles las metas pero que ellos encuentren el camino, son cosas muy importantes.

¿Qué le dirías a un emprendedor para que llegue a convertirse en empresario?

Hay dos tipos de emprendedores: unos con experiencia y otros sin experiencia. A los que no tienen experiencia, siempre les digo que las buenas ideas siempre las van a tener, por lo que es mejor entrar primero a una empresa de alto crecimiento por un lapso de dos o tres años para obtener conocimiento, para crecer su red, para tener un poco más de capital para poder invertir en sus propias ideas antes de ir y comenzar su propio proyecto.

Para los que sí cuentan con experiencia, se deben de fijar en el mercado al que están tratando de entrar, porque en muchas ocasiones, cuando tienes mucha experiencia te enfocas en la solución del problema que tú tienes, pero puede ser que ese problema no lo tenga el mercado y no vas a poder construir una empresa grande.

 

 

 

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