Lo que hoy nos preocupa y nos parece difícil, con el tiempo se minimiza. Nos damos cuenta de que nos ayudó a crecer y a ser mejores cada día, enfrentándolo a veces llenos de miedo, pero sin perder la esperanza. Al mirar alrededor siempre tenemos algo que nos dice que podemos resurgir, que de todo debemos aprender…
Jesús Aviña es Enfermero Especialista Quirúrgico. Hace 20 meses un accidente en su hogar lo dejó con una lesión medular permanente que le impide caminar. Lejos de desmotivarse, Jesús comenzó un proyecto que le ayudaría a cambiar muchas vidas y devolverle la movilidad a personas en situaciones similares a la suya: El exoesqueleto ROKI. Fue en la búsqueda de voluntarios para desarrollar y perfeccionar este proyecto, cuando conoció a Norberto Velázquez, un Ingeniero en Mecatrónica por la UP y desde entonces han trabajado juntos.
ROKI nace gracias a unos robots humanoides diseñados por Norberto. Al analizar su desempeño decidió darles una aplicación mucho más funcional y así desarrolló un exoesqueleto que sirviera como complemento a la silla de ruedas y que tuviera distintas ventajas en el paciente más allá de la movilidad, como evitar úlceras por presión, descalcificación de huesos, contracturas musculares, problemas de circulación, etc.
Inicialmente, la idea era hacer de ROKO ROBOTICS un proyecto 100% no lucrativo, pero se dieron cuenta de que esto significaría sacrificar algunos aspectos que serían esenciales para el correcto uso y seguimiento del producto, como la garantía, el mantenimiento y el servicio adecuado al usuario; entonces decidieron hacerlo empresa, y de cada 10 ventas donar un exoesqueleto a clínicas con la intención de ayudar a la rehabilitación de personas sin recursos para adquirir uno.
Después de cinco prototipos han logrado desarrollar un exoesqueleto funcional, teniendo su marca registrada en Europa y Estados Unidos. Se consideran una empresa pequeña, pero con metas muy grandes; actualmente ROKI es considerado uno de los exoesqueletos más económicos del mercado, considerando que otras marcas tienen costos que varían entre los 40 mil y 100 mil dólares. En Roky los tiempos de entrega son de dos meses y el costo al mercado es de $250,000 pesos y cuentan con planes de financiamiento.
ROKI es un soporte con una mochila de baterías,lleva dos piernas robóticas que van externas a las piernas de la persona y se amarra con unos soportes de fibra de carbono para moverse, elevarse y como soporte para caminar. Se controla por medio de una andadera o unos bastones canadienses, donde se encuentran unos botones con los que el usuario decide si quiere empezar con el pie derecho o izquierdo, o dar pasos continuos.
Para el 2017, ROKI busca tener un exoesqueleto que incluya un control automático con el que la inclinación del peso hacia un lado u otro indique con qué pie comenzar la marcha. Será más intuitivo, ligero y delgado, tendrá una batería reemplazable, será ajustable (ya que actualmente es personalizado) y se busca que alcance una velocidad cuatro veces mayor a la actual.
El pasado 8 de octubre marcó la historia del mundo de la robótica, al celebrarse en Suiza los primeros juegos olímpicos biónicos llamados “Cybathlon”. México compitió con el único representativo nacional, Jesús Aviña, quien se convirtió en el primer atleta biónico mexicano en unas olimpiadas, quedando en la sexta posición mundial.
