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abril 19, 2024

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Cindy Blanco

Una ejecutiva que vive su sueño

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Una ejecutiva que vive su sueño Hace dos años que Cindy Blanco se encuentra al frente de StartUpGDL, una organización sin fines de lucro que busca atraer inversión extranjera en el país, así como ayudar a startups tecnológicas de rápido crecimiento en todo el mundo desde Guadalajara. Estudió Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), y a través de un proyecto en el que ahí se involucró fue que descubrió que la industria de la tecnología y la innovación podía ser su camino profesional y que se atrevió a explorarlo en un viaje por el Silicon Valley de la Bahía de San Francisco. Ahora, con apenas 26 años, Cindy es la directora de StartUpGDL, un proyecto al que se sumó por invitación de Bismarck Lepe, CEO de Wizeline, a quien conoció mientras se encontraba todavía en el extranjero para entender de cerca el impacto que la tecnología tiene en las economías globales.

¿Cómo fue que te interesaste por el mundo de la tecnología? Nunca me imaginé que la industria de la tecnología fuera a apasionarme tanto. Yo pensaba que quería ser diplomática o académica. Estudié Relaciones Internacionales pensando en llegar a la ONU, o a la Secretaría de Relaciones Exteriores, para enfocarme en la relación entre México y Estados Unidos. Pero cuando estaba en la universidad me involucré en una organización vinculada al MIT (Masachussets Institute of Technology) en donde fui parte de un proyecto de investigación en el que analizamos el desarrollo de economías que lograron transformarse en grandes centros de tecnología e innovación en el mundo, como Singapur.

En ese trabajo de investigación empecé a entender que esta industria tenía un peso específico para el crecimiento exponencial de las economías globales, pero sobre todo, me di cuenta que había una intersección muy especial entre el sector privado, la academia, el gobierno y la sociedad. Después tomé la decisión de irme al extranjero a ver con mis propios ojos el origen de todo esto, así que empaqué y me fui por una temporada a explorar Silicon Valley. Fue una experiencia que me marcó y que despertó en mí un profundo interés por las startups, el capital de riesgo, por la tecnología y el emprendimiento. Lo que sí no esperaba era que en mi viaje a Silicon Valley fuera a descubrir que en México ya existiera lo que buscaba. Un día fui a conocer las oficinas de una start-up basada en San Francisco, con una entonces pequeña oficina de ingeniería en Guadalajara. Toqué el timbre y me abrió la puerta una persona muy amable que hablaba español, quien después resultó ser el CEO y fundador de la empresa Bismarck Lepe. Me habló de su visión de México, de las oportunidades que como mexico-americano veía en nuestro país y de las ideas que tenía para acelerar ese gran potencial de Jalisco y de México a través de un proyecto llamado StartUpGDL.

¿Qué fue lo que te hizo querer sumarte al equipo de StartUpGDL? Me encantó la idea de empezar algo desde cero. Un proyecto enfocado en perseguir una gran visión transformadora y con el que podíamos buscar hacer un cambio dentro y fuera de México. En el extranjero podíamos cambiar la percepción reducida de México como un país de maquiladoras, tequila y tacos; y a nivel local podíamos incidir en el ambiente y las condiciones sobre el que crecen nuestras startups al atraer capital de riesgo, así como inspirar y perfilar a más jóvenes por la innovación y la tecnología. También me atrajo la oportunidad de poder trabajar codo a codo con un emprendedor bastante experimentado de quien podía aprender, pero sobre todo, estar inmersa en un ambiente que implicaba la cercanía con Silicon Valley, especialmente desde un ángulo cultural, en donde hay que moverse rápido, enfocarse en los resultados, tener ownership y, sobre todo, entender que no siempre todo va a salir como se planea.

¿Cuál ha sido tu principal reto como directora? Retos he tenido bastantes. Al principio me costaba creer que yo era quien tenía que tomar las decisiones, quien tenía que invitar a un consejo y después saber que ese mismo consejo podía estar o no de acuerdo con mis ideas o decisiones. Tenía mucho miedo de no saber hacerlo y de no hacerlo bien. La verdad es que el reto más grande fue contra mí misma. Aunque también ha estado el ser una mujer muy joven en una industria donde hay más hombres, el dirigir una asociación civil en una sociedad que no está acostumbrada a la filantropía, y donde las organizaciones de este perfil tienden a estar muy limitadas en sus actividades por los candados de la ley.

¿Cuáles consideras que son los mayores desafíos que enfrenta la región? Los tres principales retos de la región son la competencia a nivel internacional, el crecimiento acelerado de la industria de tecnología e innovación, y las pocas historias de éxito que salen del país. Es evidente que hay una grandísima ventana de oportunidad para posicionar al siguiente Silicon Valley del mundo. En este sentido, Guadalajara está compitiendo por ser un destino internacional para atraer talento, atraer startups maduras y capital de riesgo contra otras ciudades. Esto con algunas desventajas, como son la prensa que ha tenido México como un destino altamente inseguro y/o con talento bajamente calificado. Por ahí dicen, “Perception is reality”, lo que significa que si no cambiamos cómo perciben a México allá afuera, seguirá siendo un reto posicionarnos como un destino atractivo para el talento y la inversión extranjera en la industria. En cuanto al crecimiento de la industria, este ha implicado una mayor demanda de talento local y extranjero capacitado. Recordemos que la industria de software necesita personas y no máquinas. Aquí hay retos significativos como las cuotas topadas que establece la ley para contratar talento del extranjero (sin contar el burocrático proceso de inmigración), así como la generación de más talento local que pueda integrarse a estas oportunidades. Finalmente, las historias de éxito. Necesitamos más startups locales escalando, startups que tengan mayores valuaciones, que tengan “salidas” interesantes que les den a los inversionistas buenos retornos, que desencadenen el ciclo virtuoso del emprendimiento.

¿Qué metas tienen en StartupGDL a corto plazo? Nuestra principal batalla está en convertirnos en una organización auto-sostenible. Hemos recibido un apoyo significativo del sector privado, la academia y el gobierno, pero la meta es lograr crecer orgánicamente hasta que todo camine solito para impulsar nuestro alcance. Además en nuestros programas buscamos atraer por lo menos a cincuenta startups del extranjero para que lleguen y abran operaciones de ingeniería en la ciudad, así como a fondos, incubadoras y aceleradoras de renombre internacional al país.

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